
Stephen, el alemán, salió como a las 10:30 hr rumbo a Villa Santa Lucía. A esas alturas, y considerando lo cerca que estaba de Futaleufú y lo duro del día anterior, yo había decidido partir después de almuerzo. En el camping, imperdible compartir con la gente que allí se encontraba: una familia de Comodoro Rivadavia, una familia de Concepción, quienes me contaron que me habían reconocido y que hace unos días atrás yo había cruzado en la misma barcaza que ellos.

Cada vez que llegaba a la parte alta de una cuesta, miraba hacia atrás y no podía creer como iba cruzando la cordillera. Había avanzado entre las montañas.
Al llegar a Futaleufú me fui directo a la plaza de armas, allí hay una oficina de turismo. Aún tenía muchas horas de luz pero hoy era un día para descansar…
Futaleufú tiene de todo, tiendas de abarrotes, wi-fi por todos lados, hospedaje de todo tipo y precios, restaurantes, etc. A este pueblo llegan muchos extranjeros atraídos por los rápidos de río, por ello está preparada para los turistas. El lugar donde alojé era perfecto: cafetería, alojamiento, artesanía Sur Andes (http://surandeschile.cl/).
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